06 DE SEPTIEMBRE 2009
En la escuela municipal Juan De Dios Guanche del sector Pedregal en Caracas, 33 niños de una sección de quinto grado les están dando lecciones de no violencia a sus 740 compañeros de colegio, así como a sus padres y maestros. Con un proyecto denominado Evitar la violencia es educar para la paz, comenzaron a reducir los insultos y enfrentamientos en su propio salón y lograron instaurar una semana anual de la paz en su comunidad.
"La violencia era un tema que nos preocupaba mucho", dice Gabriela Molina, de 11 años de edad y una de las alumnas que encabezó el proyecto. "Si cualquiera pasaba al pizarrón, los otros compañeros lo insultaban. Por cualquier cosa, unos y otros discutían o se agarraban a golpes y por eso, junto con la maestra, comenzamos a aprender sobre la violencia verbal y física, recibimos información sobre normas de convivencia y, luego, ejecutamos un plan para cambiar la situación, que incluyó charlas a nuestros padres y compañeros, campañas, un club de diálogo y hasta una semana de la paz con actividades culturales".
Diálogo, respeto e igualdad fueron las herramientas utilizadas por Gabriela y sus compañeros para lograr sus objetivos. Omar Arrechedera, de 11 años de edad y otro de los participantes del proyecto, es una prueba del impacto del plan. "Desde que comenzó el proyecto yo mismo he cambiado. Antes, por cualquier cosa, discutía y le alzaba la voz a la profesora. Ahora he reflexionado sobre lo malo de las peleas y quiero llevar estas ideas a otros salones. Yo he hablado con mis hermanos y les he dicho que no peleen en las calles, que hablen, que discutan sus problemas. Mi mamá está orgullosa y me dice que siga adelante, porque ella no quiere que sea violento cuando sea mayor".
Rosa Guevara, la maestra que guió a los niños, está muy satisfecha. "No sólo bajó la violencia en nuestro salón sino en otros grados. Además, se involucró toda la comunidad, desde el personal obrero hasta padres y maestros. Esto ha mejorado mucho las cosas, porque hay mayor convivencia, mayor rendimiento escolar y mayor motivación para todos".
Los integrantes del quinto "B" esperan que no sólo los niños aprendan la lección. "La paz es respetarnos unos a otros -dice Gabriela- y el respeto empieza en casa. Los padres deben aprender a dialogar con sus hijos en vez de gritarles o castigarlos para resolver los problemas, porque cuando agreden a un niño están creando una semilla que en el futuro puede dar más gritos y golpes".